sábado, 3 de septiembre de 2011

PARA CONOCIMIENTO DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA MEXICANA.
Lic. Consuelo Sáizar, Dr. Fernando Serrano Migallón,  Lic. Fernando Álvarez del  Castillo, Mtro. Eduardo Lizalde Chávez, Lic. Miguel García Ruiz .ET AL.
c. Director General de Bibliotecas    conaculta
CONACULTA.





SEÑORES DE CONACULTA:
C.   PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA LIC. FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA:
 
El 16 de agosto el  Sr. Fernando Álvarez del Castillop,  me comunicó por teléfono que la Presidente de Conaculta, Consuelo Sáizar, decidió que no compraría la Biblioteca Jorge Denegre Vaught Peña,  de MÁS DE 130 MIL LIBROS, impresos y documentos que integran el acervo bibliográfico y documental,  desde el Siglo XVI  hasta el actual, más importante del país.
Fernando Serrano Migallón, Secretario Técnico de Conaculta y  su tocayo ÁLVAREZ DEL Castillo, constataron la existencia de tales libros y documentos en sendas visitas que hicieron a las tres casas donde se aloja dicha Biblioteca. De los libros más importantes hay listas en CONACULTA que nos fueron requeridas. Asimismo, solicitaron ampliáramos la ficha biográfica del bibliógrafo, historiador, editor, librero, del que antes pidieron tan sólo tres líneas tras la enumeración de no más de cinco libros que juzgáramos únicos.
Además, este excepcional acervo fue sometido al examen y peritaje de la famosa valuadora Amalia Porrúa, cumpliendo con  los requisitos exigidos por del CONACULTA
 
He aquí un pequeño resumen del documento firmado por la Señora Amalia Porrùa:




"La importancia de esta colección amerita realizar un catálogo detallado por el comprador ya que es imposible resumir en un informe como éste todas las obras de GRAN RELEVANCIA sin mencionar la mayor parte de su contenido con el riesgo de cometer errores y caer en  discriminaciones.  Además permitiría conocerlas a fondo desde las dedicatorias, las glosas, los manuscritos como, por ejemplo, el Complemento de García Icazbalceta a  la Primera Edición de Bustamante, las obras manuscritas o las circulares.
Pese a que la revisión de la colección para este informe fue exhaustiva, aún así el número de volúmenes no es exacto ya que el límite de tiempo, la falta de espacio y su colocación no permiten contarlos rápidamente. Añadamos a lo anterior que aún no se ha realizado el inventario preciso del acervo. Por lo anterior se anexa a este informe una relación de títulos escogidos al azar que intenta ser un breve bosquejo de la biblioteca. 
"A mi entender el valor comercial de esta biblioteca 
no estriba solamente en la suma de   los precios de cada una de las obras, ya que  es de igual peso el mérito del conjunto, único en el mundo,
 el alto costo del tiempo que ha transcurrido desde que se coleccionaron todos y cada uno de los tomos, y la selección de las obras por el historiador Denegre, no deben separarse de la apreciación final."

















No obstante, continuando con esta breve reseña sobre los insólitos hechos acaecidos  en relación al  programa de CONACULTA  sobre importantes bibliotecas mexicanas, he de referir que el mismo día del lacónico llamado de Álvarez del Castillo, recibimos  una carta de él en la que afirma: “no existe la posibilidad de adquirir su[1] biblioteca con fundamento en la opinión del consejo asesor de bibliotecas mexicanas personales del siglo XX, cuya esencia básica[2] es la adquisición de bibliotecas de grandes intelectuales mexicanos cuya figura y aportación a la ciencia, las artes o a la cultura, representa un vínculo estrecho con la vida de los mexicanos y cuyas respectivas bibliotecas son parte también de su obra…”
Independientemente de que hay una evidente contradicción entre los términos utilizados en su llamada telefónica y el documento que acabo de reproducir sustancialmente,   quisiera interrogarle acerca de: 1.- ¿el tal consejo asesora a todas las personas que tienen bibliotecas mexicanas?, porque nosotros no tenemos noticia  de quienes conforman dicho Consejo ni hemos recibido jamás asesoría ninguna; 2.- ¿la esencia de dicho consejo tiene otras características, además de la que usted llama “básica”?; ¿el consejo tiene un catálogo de “grandes intelectuales mexicanos?; 4.- ¿qué configuración tienen los intelectuales grandes de México  además de su aportación?: 5.- a qué ciencias, en particular, se refiere el susodicho consejo?; 6.- ¿a qué artes y a cuál cultura?; 7.- ¿en qué casos esas supuestas aportaciones se constituyen en “un vínculo estrecho” con la vida de los mexicanos? y, finalmente, pregunto ¿cómo  detectan que esas bibliotecas son parte de la obra de tales intelectuales?
Según mi criterio,   la obra de artistas, intelectuales o  científicos tienen muy poco que ver con su biblioteca personal ya sea porque recurren a bibliografía externa, hallada en universidades, bibliotecas y otros centros de cultura; porque se refieren a hechos extraídos de sus experiencias personales, vivencias e imaginación y emociones  que raramente se basan en lecturas y, finalmente, porque en sus creaciones de ficción no hay referencia a material bibliográfico alguno. Es cierto que hay escritores o autores que se inspiran en la lectura de los libros y no en la realidad de la vida ni en la naturaleza. Pero estos intelectuales son los menos y llevan precisamente, según la Real Academia Española de la Lengua, el mote de librescos. De manera que esa muy peculiar definición de grande intelectual  podría reducirse a otra pregunta demoledora: ¿acaso Alí Chumacero—for instance--  se inspiró en libros para producir su obra poética? Cuando fui Director del Instituto Nacional de Bellas Artes tuve la satisfacción, una mañana, de recibir su visita no anunciada. Hablamos de su obra ¡y nada que ver con lo libresco!
"...Porque el tacto ilumina tu desnudo
que a su trémulo encuentro se ha mudado
en sal, paloma, vuelo, rosa y llama..."

Como este poema de Don Alí hay cientos más donde prevalece una lírica tan personal que nadie podrá acusarlo de haber tenido su obra contacto con su biblioteca vendida a Conaculta.
El intelectual al servicio del Poder:

Y ahora resulta que por un capítulo <La batalla de las ideas> de un reciente libro de Salinas De Gortari, se lanzan periodistas vendidos a acusar a colegas de haber sido intelectuales al servicio del Poder: Habla de los intelectuales que estuvieron a su lado cuando fue presidente y menciona a Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y Sergio Aguayo. Y, apunta mi compañero de la UAM, René Avilés: “ Pero eso es la punta del iceberg, el mar oculta a cientos de escritores, pintores o académicos que han concentrado su tarea en ser útiles al poder, no importa quién lo tenga en sus manos. Hay, por ejemplo, fotografías memorables de Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, del brazo y sonriendo con Salinas en su época presidencial. Luego los encontramos clamando por López Obrador y recibiendo recompensas de parte del PRD capitalino, es decir, de López Obrador y Ebrard”. ¿Esos son intelectuales para CONACULTA?

“El poder busca apoyo de los intelectuales;... Si en 1968 la inteligencia mexicana se puso a favor del movimiento estudiantil que se enfrentaba al autoritarismo de Díaz Ordaz y de un PRI cerrado y antidemocrático, con Luis Echeverría se cambió de sitio y masivamente pensó que estaban ante un salvador de la patria. Carlos Fuentes y Fernando Benítez gritaron a dúo: “¡Echeverría o el fascismo!”. Y escritores y artistas plásticos se sumaron a una nueva causa…terminó siendo embajador ..Carlos Fuentes en Francia.









  

 Supuestamente, tal es el concepto del intelectual mexicano del periodista Avilés. Pero, indudablemente, contratrius sensu, persiste el mito sobre el intelectual, tan viejo como la civilización. En la antigua Grecia, eran los filósofos quienes cumplían el rol de intelectuales y de ellos la sociedad  se formó un idea particular que se ha convertido en estereotipo en las épocas posteriores.
Intelectual es el que se dedica al  estudio y la reflexión crítica sobre la realidad, y comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella, alcanzando un estatus de autoridad ante la opinión pública. Proveniente del mundo de la cultura, como creador o mediador, interviene en el mundo de la política al defender propuestas o denunciar injusticias concretas, además de producir o extender ideología y defender unos u otros valores
El término fue acuñado en Francia durante el affaire Dreyfus (finales del siglo XIX), inicialmente como un calificativo peyorativo que los anti-dreyfusistas (Maurice Barrès[4] o Ferdinand Brunetière[5] ) utilizaban despectivamente para designar al conjunto de personajes de la ciencia, el arte y la cultura (Émile Zola, Octave Mirbeau o Anatole France) que apoyaban la liberación del capitán judío Alfred Dreyfus acusado injustamente de traición.[6]
Con posterioridad, su uso se hace habitualmente con co0nnotaciones positivas, al estar dotado socialmente de un valor de prestigio asociado a la atribución de un intelecto o inteligencia superior a quienes son identificados con el término; y sobre todo, al entenderse que la actividad pública de los intelectuales que previa o simultáneamente se dedican al pensamiento tiene una dimensión y una repercusión que se consideran muy valiosas y que confieren altos valores humanísticos a quien ejerza tal función (altruismo, solidaridad, etc.)
Soy hombre, nada humano me es ajeno (Homo sum: humani nihil a me alienum puto).

El factor determinante en la consideración de un pensador (filósofo, científico, escritor o artista) como un intelectual es su grado de implicación o compromiso con la realidad vital de su época. Como derivación de ello, la interferencia de los intereses y de las distintas opiniones y opciones ideológicas, políticas y sociales, hace que la aplicación del término dependa del grado de afinidad que tenga quien lo aplica con respecto al sujeto en cuestión.
Intelectual es el que se mete donde no le importa (L'intellectuel est quelqu'un qui se mêle de ce qui ne le regarde pas).
En otras ocasiones, el uso del término, o la valoración del propio concepto, puede ser también negativa, identificando a la intelectualidad con el establishment.
Los intelectuales son especialistas en la difamación, son básicamente comisarios políticos, son los administradores ideológicos, los más amenazados por la disidencia.
LLa inteiigencia ES PARTE sustancial del hombre y  el acto intelectual es  la conciencia de sus circunstancias económicas y sociales.
·        
    • He comenzado con un planteamiento teórico acerca de la figura del intelectual, de su posición dentro del tiempo histórico en el que vive y, específicamente, de su relación con el poder.
    • En el caso concreto  de JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA se introduce en la particularidad del caso mexicano; para ello en cada uno de sus trabajos  bibliográficos, establece diversas etapas históricas y describe la situación y las características de los grupos o movimientos intelectuales sobresalientes en cada uno de esos períodos: la Colonia, la Independencia, el tiempo que media entre ésta y la restauración de la República, el Porfiriato, el México revolucionario, la postrevolución y la segunda mitad del siglo xx. El autor concluye con una reflexión acerca de las diversas posturas del poder frente a la cultura, y puntualiza la importancia de mantener vivo el ejercicio de la cultura como instrumento para resistir al poder.   Esto  lo realiza en todos y cada uno de los casos relacionados con sus estudios bibliográficos, que son innumerables. DE SUERTE QUE PRIVARLO DEL TÍPICO PERFIL DEL INTELECTUAL NO ES SÓLO UN AGRAVIO SINO UN ACTO DE INSULSA IGNORANCIA.    Nada grato noi gracioso  para sus descendientes, discípulos y estudiosos que lo conocieron y aprendieron de él.
·         Pero, en realidad, el término  intelectual se aplica a la persona que se dedica a un trabajo o actividad que requiere especialmente el empleo de la inteligencia
·        
·         El intelectual  es un  adjetivo relativo al entendimiento (Del lat. Por   tanto, de su raíz latina, la Real Academia Española, deriva su definición:
·         intellectuālis).
Y en su acepción adjetiva: Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras.

EL INTELECTUAL COMO MITO; ¿FILÓSIFO?
Tal idea derivó de la "peculiar actitud espiritual" de los primeros filósofos, según la caracterización hecha por Werner Jaeger, que consistía en "su consagración incondicional al conocimiento, al estudio y la profundización del ser por sí mismo" y la concomitante indiferencia "por las cosas que parecían importantes al resto de los hombres, como el dinero, el honor, e incluso la casa y la familia, su aparente ceguera para sus propios intereses".
Esta peculiar actitud espiritual de los filósofos, los convirtió en seres extravagantes y misteriosos, pero altamente estimados por sus contemporáneos. El filósofo es "ingenuo como un niño, torpe y poco práctico, y existe fuera de las condiciones del espacio y del tiempo", imagen que sirvió de base para la difusión de anécdotas que ahora son muy conocidas: el sabio Tales de Mileto, embebido en la observación de los fenómenos celestes, cae en un pozo y es su criada quien le reprocha que por ver lo que tiene sobre su cabeza no ve lo que tiene bajo los pies.
Tal vez fueron los romanos quienes pudieron conjugar mejor el sentido práctico con la reflexión filosófica, probablemente debido a que las exigencias de la época les obligaron a pensar con mayor ahínco en cosas concretas, como aquellas que tiene que ver con el ejercicio del poder. Son conocidos los nombres de Ovidio, Tácito y Séneca, entre otros, quienes cumplieron importantes funciones públicas.
La situación fue diferente en la Edad Media. Con el ocaso del Imperio Romano, que se levantó sobre las ruinas de las polis griegas, la sociedad europea se fragmentó, la cultura se dispersó y las obras monumentales de los filósofos griegos se perdieron por largo tiempo.
Tanto en Oriente como en Occidente, los monasterios se transformaron en el símbolo de la radical separación entre las élites "cultas" y las masas "incultas"; y, aun en su interior, se produce una división marcada entre los "monjes sacerdotes, que se dedicaban a los oficios ligados a los fines de la institución", entre los que se cuentan el cuidado y la copia de pergaminos, y "los que debían atender a los servicios de la casa".
Para Gramsci, los clérigos medievales monopolizaron la ideología religiosa, la filosofía, la ciencia, la escuela, la moral, la justicia, la beneficencia, asistencia, etcétera..
Como puede apreciarse, a la imagen del intelectual como un ser abstraído en sus meditaciones transcendentes, los monjes de la Edad Media aportaron algunos elementos culturales que fortalecieron el mito del intelectual como un personaje de respeto, por ser el depositario de una sabiduría cuyo acceso se encuentra vedado, o por lo menos limitado, a la generalidad de los mortales.
Bien podría decirse, entonces, que en las sociedades tradicionales que antecedieron a las capitalistas, más que en cualquiera otra, la separación entre intelectuales y no intelectuales estaba determinada por la ubicación de los sujetos en la estructura económico-social: los primeros ejercitaban una actividad, llamémoslo así, "espiritual", mientras los segundos realizaban quehaceres de tipo corporal, si se quiere manual o productivo.
EL INTELECTUAL EN LA MODERNIDAD: TODOS LO SOMOS (GRAMSCI)
En la Modernidad se ha democratizado el acceso al conocimiento y a la producción ideológico-cultural desde la invención de la imprenta en el siglo XVI, invención que solo fue el punto de partida, infinitamente superado en la actualidad por técnicas electrónicas de escritura y comunicación más sofisticados. En las nuevas condiciones, la función del intelectual no ha desaparecido, pero se ha modificado sensiblemente; y, al mismo tiempo, el mito sobre el intelectual  ha cobrado nuevas connotaciones.
Para empezar, se han borrado las fronteras que separaban el trabajo intelectual del trabajo manual. Al hacerse más complejas las relaciones sociales, por el modo de producción que integra en un mismo proceso funciones intelectuales y manuales, ya no hay  separación entre el trabajo intelectual y el  manual o, al menos, la diferencia se hace muy sutil, como lo advierte Antonio Gramsci: "La relación entre los intelectuales y el mundo de la producción no es inmediata, como ocurre con los grupos sociales fundamentales, sino que es "mediata" en grado diverso en todo el tejido social y en el complejo de las superestructuras,
La pregunta, ahora, es: ¿Para CONACULTA, el intelectual es un ser social autónomo e independiente o bien defiende al Poder?
Gramsci afirma que cualquier grupo social, nacido de la producción económica, se crea al mismo tiempo, orgánicamente, una o más capas de intelectuales para que le den homogeneidad Y CONSCIENCIA DE SU PROPIA FUNCIÓN, tanto en lo económico como en lo político: el empresario crea el técnico, el científico de la economía, el organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho. Y porque el empresario dirige es un intelectual: deviene en un organizador de masas, propone que le tengan confianza, que compren su mercancía. Ese empresario puede llegar a dirigir el Estado para crear condiciones favorables a su expansión.
No se debe buscar al intelectual en el núcleo intrínseco de sus actividades. Sino que hay que ver que el obrero ya no se caracteriza por el trabajo manual, sino por sus condiciones y relaciones  sociales, pues no existe ningún trabajo puramente físico. Además, la misma expresión del economista escocés Taylor de “gorila amaestrado”  no es más que una metáfora para indicar un límite: no importa qué trabajo físico se haga, aún el más mecánico y degradado, en él hay un mínimo de calificación técnica o sea de actividad intelectual creadora. Por eso se debe decir que “TODOS LOS HOMBRES SON INTELECTUALES, PERO NO TODOS LOS HOMBRES TIENEN EN LA SOCIEDAD LA FUNCIÓN DE INTELECTUALES.” Y NO EXISTEN LOS NO-INTELECTUALES.”
En otros términos no se puede separar el homo faber del homo sapiens.
Al cabo todo hombre fuera de su profesión , despliega alguna actividad intelectual: es un filósofo, un artista, un escritor, participa en una concepción del mundo poético, al estilo de Chumacero, guarda cánones morales y contribuye, por tanto a sostener o a modificar  una concepción del mundo, una proyección cultural  que tiende a suscitar nuevos modos de pensar.
El tipo vulgarizado  tradicional del intelectual tal como el filósofo, el poeta, el literato, el pintor, el artista  o los periodistas  que se consideran todo lo anterior junto: se creen literatos, filósofos y hasta científicos, se consideran finalomente, también : “los verdaderos intelectuales”.
Pero eso se termina para Gramsci que quiere para el orden nuevo un nuevo tipo de intelectual que ya no sea elocuente, afectivo y pasional, sino que debe mezclarse activamente en la vida práctica como constructor, organizador, persuasor permanente,  precisamente por no ser puro orador, y sin embargo, superior al espíritu abstracto matemático: está en la técnica ciencia y halla una concepción humanista histórica. Se convierte en dirigente.  Y concluye:
“De hecho, la actividad intelectual tiene que dividirse y distinguirse por grados: en el escalón más alto hay que colocar a los creadores de las varias ciencias: de la filosofía, del arte, etc.; en el más bajo a los más humildes, “Administradores” y divulgadores de la riqueza intelectual ya existente, tradicional, acumulada”.
 Esa concepción humanística histórica es la de un constructor, organizador, persuasivo, convincente es la que hace a JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA un verdadero nuevo intelectual muy grande
Voy a demostrarlo con hechos contundentes que significa que mostraré opiniones laudatorias de incuestionablemente grandes intelectuales mexicanos, norteamericanos y españoles:
La FIGURA del Lic. JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA RESULTA  sí muy pertinente para los alcances del proyecto CONACULTA para BIBLIOTECAS PERSONALES DEL SIGLO XX,  tal cual la describió el ilustre académico de la lengua, académico de la Historia Nacional y enciclopedista, JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ:
"Entre muchas de sus obras, hay textos consagrados a Campeche: textos que tratan del Estado, de la ciudad capital, los municipios, los personajes y las peculiaridades correspondientes, de modo que en conjunto constituyen lo que podría denominarse una Suma Campechana. De sus otras aportaciones a la cultura nacional, todas meritísimas, se da cuenta en la nota onomástica dedicada a él en la propia obra, LA ENCICLOPEDIA DE MÉXICO, TOMOS II y III. JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA,
"Hombre de letras leídas y escritas con asiduidad, explorador de archivos, descubridor de documentos y aún entrevistador, don Jorge practica todos los métodos para hacer historia. Pero a diferencia de la mayoría de los investigadores, adscritos por lo común a instituciones, universidades, bibliotecas o archivos, o sostenidos por becas o favorecidos ocasionalmente por las autoridades, don Jorge es un hombre independiente, cuya actividad económica, centrada en el comercio de bienes culturales, le ha permitido solventar el ejercicio de su vocación. Se distingue de un comerciante común en que aplica el beneficio de sus operaciones a enriquecer su acervo bibliográfico, a subsidiar sus preferencias académicas y a editar textos raros o agotados. No es tampoco un librero convencional, pues a la par que presta el servicio de conseguir títulos fuera del mercado, ofrece amplia información adicional, orienta al estudioso y lo introduce al erudito mundo de los pormenores editoriales. Es ciertamente un apasionado coleccionista de libros valiosos, pero en contraste con el afán de adquirir y poseer riquezas para la satisfacción personal y el envanecimiento, es generoso y magnánimo. A menudo llega al extremo de prestar libros, riesgo que él asume sólo cuando está persuadido de la integridad del favorecido. Aún así, no son pocas las veces en que alguno de sus ejemplares ha cambiado de domicilio, aprovechándose quien abusa de la proclividad de don Jorge a tolerar, bondadoso como es, el apetito libresco de otro.
"Mi admiración por don Jorge se funda en su condición de hombre independiente, empresario con espíritu cultural, escritor, editor, librero alerta a resolver toda emergencia bibliográfica, practicante de un desinteresado magisterio informal y, por añadidura, compañero ideal de copa y mesa.
"Una cualidad, o destreza, o habilidad más, mezcla de memoria y de intuición, acción y efecto de un misterioso sexto sentido sólo comparable a la línea lateral de los peces o a las varas con que los gambusinos detectan los tesoros ocultos, es la que guía a don Jorge para moverse con fluidez en medio de ese mar de papel impreso que ha inundado su casa de las calles de Oklahoma.(Ver fotos de la biblioteca personalísima de don Jorge, en las calles de Chicago, cerca del domicilio citado por don José Rogelio Álvarez.) En las gradas de acceso que parten del vestíbulo, atestadas de libros, apenas hay sitio para poner el pie; una de las hojas de la puerta está cancelada por que la obstruye los volúmenes apilados de piso a techo; se camina por trincheras abiertas entre rimeros de tomos; se asciende por una escalera colmada de paquetes y folletería, y luego se va penetrando a estancias donde brillan las obras más insignes, en ediciones príncipe, colocadas unas sobre otras, o en estanterías repletas. En los recodos de esta singular biblioteca, donde coexisten en aparente desorden todas las materias y todos los autores, aparecen de pronto, como islas secretas, apenas emergentes, los varios escritores en que don Jorge amontona expedientes, papeles sueltos, infolios, mapas, tarjetas, notas, unas máquinas de escribir, ceniceros rebosantes y algún teléfono, o sea, el herramental de su empeñoso trabajo. De qué manera se orienta en esa selva de especies culturales, cómo colecta siempre el ejemplar qué desea y de que artes se vale para no desviarse ni distraerse en ese laberinto poblado de voces tentadoras, son preguntas para mí sin respuesta, a menos que sean los espíritus de los escritores, o las musas, quienes lo llevan de la mano hasta las páginas donde vibra su presencia.

Nada más merecido que este homenaje a don Jorge, de quien todos los aquí reunidos somos amigos, admiradores y ciertamente discípulos, en la medida que hemos recibido de él, aparte afecto, distinciones y favores, enseñanzas constantes."
JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA, por
JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ.
CHURUBUSCO".
Y de otro modo juzgaron a don Jorge, EXIGENTES  personajes de la talla de  Fernando Benitez, Guillermo Tovar y de Teresa, Antonio Pompa y Pompa, Yolanda Mercader, José Emilio Pacheco, Juan de la Cabada, y una verdadera multitud de ilustres pensadores cuya lista distraería el objeto de esta petición. Pero tales juicios fueron en todo caso laudatorios. No creo que ninguno empleara los términos  que usa a cada rato doña Consuelo: figura, actor, histrión de gestos y muecas y poses con la manita en la sien, como en hondas cavilaciones. No, ninguno se refirió a Denegre como figurón. Más bien como a una Persona que destacó en determinadas actividades eminentemente intelectuales, eso sí..A trabajos  pertenecientes o relativos al entendimiento. Quehacer espiritual, incorporal. Sin embargo, a diferencia de los divos, don Jorge supo empujar un carrito lleno de libros por las calles del primer cuadro de la capital para llegar a un puesto de libros. Supo echarse una caja de libros al hombro y llegar al Nacional Monte de Piedad para empeñarlos, sólo por un corto tiempo. Hubiera gustado estar dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y las letras, pero tenía que trabajar físicamente para allegarse los medios para vivir bien con su familia y comprar los libros que adoraba, para su biblioteca.
.Mind you. algunos de estos importantes intelectuales   dicen que forman parte de un comité para la adquisición de bibliotecas al que se refiere el Lic. Álvarez del Castillo. Por lo tanto, es muy de dudarse que quienes siempre lo elogiaron como historiador, bibliógrafo, editor, librero y polígrafo y, esencialmente, al estilo de Benjamín Franklin, en el perenne ejercicio de las acciones del Hombre de Bien, hayan dado su voto en contra de la adquisición de su valiosa biblioteca.
Por ende, y toda vez que lo que afirmo es tan incuestionable como las  pruebas documentales irrefutables,  ES IMPERATIVO QUE SE NOS HAGA LLEGAR EL DICTAMEN AL QUE SE REFIERE el Sr. Lic. Fernando Álvarez del Castillo, de suerte que allí se transparente quiénes votaron en contra y, si acaso, quiénes a favor (¿o los señores consejeros están allí para recibir órdenes y plegarse chita callando a ellas?) y se ponga con toda claridad nombres y voto razonado. De no ser así,  semejante "opinión"--que según Álvarez fue única, colegiada, unánime y tan exigente que le restan al inmortal JORGE DENEGRE todo rasgo de intelectual, y que al decir del mismo señor,  ni  obra tuvo Denegre, ni ésta  estuvo jamás  ligada a los mexicanos, y, finalmente, careció de importancia suficiente para honrarlo en la Biblioteca que lleva por nombre el de otro escritor que en la tierra natal de don Jorge, Campeche,  descubrió su vocación libresca, adentro de la Biblioteca del Instituto Campechano, a la que llegaba diariamente, como a un templo, en que invocaba los próceres de la cultura universal que le fueron develando sus aportaciones; Instituto y maestros que también acogieron a Denegre tres lustros después...
Las relaciones de Jorge Denegre y José Vasconcelos,  fueron muchas y heterogéneas, vinculadas al azar, a casos fortuitos y predestinados.
Años después, for instance, el Maestro dio un prólogo a una de las obras publicadas por don Jorge en su Editorial Academia Literaria salvando del desprestigio que intentaban imponerle patrioteros y cancelando el timbre de traidor al luchador social de recia envergadura RICARDO FLORES MAGÓN, por su patriótica actitud en Baja California-- proemio reivindicador publicado en esa colección que rememora la Academia Libertaria de los Insurgentes, la de nuestro Padre liberador, Miguel  Hidalgo.
Otra coincidencia casual, recae bajo el manto protector del Hombre Grande la Cultura Nacional, pues en el edificio de Educación Pública desde donde revolucionó al país, llega CASI 15 AÑOS DESPUÉS, JORGE, PROVENIENTE DE CAMPECHE, Y en el patio central de la Secretaría, Denegre comenzó su carrera de librero, poniendo un puestecito con permiso del señor Gual Vidal.
Denegre se hace amigo de todos los intelectuales de la época y les vende los libros que ya había leído,  haciendo un resumen de su contenido y relaciona el texto con otros para lograr la compra concatenada  del cliente que pudiera ser Rulfo, Avilés o Castellanos Quinto.
En fin, ahora hay la posibilidad de que los libros de Jorge enriquezcan la biblioteca consagrada al Maestro de América que comenzó su vida de alumno, discípulo y amante tierno del conocimiento en la tierra de Jorge Denegre, bajo los auspicios de los profesores campechanos  cuya calidad, inteligencia y conocimientos—tal como declaró en el Ulises Criollo-- eran muy superiores a todos los maestros que había conocido antes en Piedras Negras o Toluca!!! 
Nada decir,  para añadir que al final de su vida, Jorge Denegre tuvo por dilectos y mejores amigos a los vasconcelistas, los autores de libros llenos de fervor partidario pero de sabiduría que empieza con los primeros desengaños políticos:  jóvenes puros, honestos y llenos de ilusiones e ideales que se confrontaron con el partido monstruoso que se consolidaría como PRI, emergiendo de las luchas fragorosas de la Revolución de 1910 y la Guerra Cristera de 1928. Los vasconcelistas no fracasaron porque primero escribieron sus desventuras en Las Palabras Perdidas, Germán del Campo y otras obras que reseñaron el fraude electoral monumental del 1929 y, luego, se adaptaron al nuevo orden y pudieron crear un mundo maravilloso en el arte: música y  letras, pintura, escultura y en la naciente cinematografía. También como teóricos del Derecho en las instituciones jurídicas. De ellos se hizo amigo entrañable Jorge Denegre: de los  Magdalenos,Azuelas, Bustillos Oro, y otros con lo que se reunía los viernes de cada semana.
Allí Jorge Denegre tuvo la oportunidad de salvar la Biblioteca Personal de Maestro de América, pues el yerno de Vasconcelos, Herminio Ahumada, asistente, por supuesto, a LAS REUNIONES VENÉREAS, le vendió la biblioteca que heredó la hija del Maestro.
Por eso, nada más adecuado que esos libros firmados, autografiados y que están en nuestros anaqueles lleguen ahora a la Biblioteca Vasconcelos.
Por cierto, y como colofón, a esas reuniones de Viernes  llegó a ir Enrique Krauze, que entonces preparaba su libro sobre La Cruzada de Vasconcelos y quien es, me dicen, uno de los miembros de ese directorio de notables que deciden qué compra el Estado para bien de los mexicanos..
En fin, le ruego haga llegar esta respuesta a la señora Consuelo Saizar que  hasta ahora no ha tenido la gentileza de aparecer en estas negociaciones y que, francamentre, nos ha tratado de ignorar, <hasta ordenando que se nos despoje de bien ganados títulos de universitarios ganados en Ottawa, Minnessota y la UNAM,(3)  licenciaturas, (3)maestrías y doctorado, rebajándonos a la altura de un siñor ciudadano cualquiera, quie ni siquiera merece el Don>  cosa que resulta no sólo paradójica sino de plano muy  poco atenta, tratándose de una servidora pública cuyas funciones cesarán antes de que nuestras vidas lleguen a su fin, muy probablemente. No de otra manera su Alteza Serenísima perdió los estribos ante un insolente Guillermo Prieto que nunca admitió autoritarismos, discriminaciones y arrogancias rayanas en petulancias  plebeyas.
Y lo irónico radica en que los colaboradores de la Sra. Consuelo Saizar son atentos servidores que atienden las atentas cartas <sic> de ciudadanos que atentan contra la muy atendible condición de jerarcas culturales y que aunque suena cacofónico, reiterativo y redundante no deja de ser cierto que esta contestación es ejemplo de tal impertinencia, ¿no?
Y menciono a Prieto porque solicité de CONACULTA la publicación de un prólogo que dediqué a una obra ya tirada por Academia Literaria, obra importantísima  de Don Simplicio, el de los San Lunes, el cronista por antonomasia, poeta y prócer de la Reforma,  Guillermo Prieto y Pradilla  y que sí publicará mi Universidad Autónoma Metropoplitana: Viajes de Orden Suprema.
Para decirlo, al fin,  de una vez:  va a quedar registrado en la historia bibliográfica nacional el modo en que se pretendió ofender la condición libérrima de un intelectual que nunca estuvo sujeto a los estrechos límites de la burocracia mejor expresada en sus ditirámbicos títulos de la secretaria, de la secretaria, de la secretaria, de la secretaria, coordinadora de secretarias privadas, ejecutivas   y telefónicas de la red, de la mínima atención a una ciudadanía tan ANÓNIMA COMO LOS DICTAMINADORES para la compra de bibliotecas de egregios escolares reconocidos en todo el mundo como los non plus ultra de las letras patrias, de la historia para párvulos y de los fumadores de pipa.
De los snobs de pipa y guante.., ¿vinculados estrechamente con qué mexicanos?
By the way, que me hagan un lugarcito para que dentro de tres sexenios lleguen allí mis mamotretos de mi personalísima biblioteca de Chicago y de Mediz Bolio,  porque como fumador de pipa de rico tabaco burley, lo soy desde que tenía 18 años de edad, no más que en países con temperatura bajo cero, porque fumar pipa en la Ciudad de México o Cuernavaca es como meterse un horno en el gaznate. Aunque creo que para ese remoto entonces, como imperativo ecológico  ¡¡¡estará prohibidísimo hasta exponer en un vitral a prueba de bala, una pipa por muy de merschaum, que sea!!!..
Hago estos ridículos apuntes para que vea la dama culta que poner en anaqueles pipas, ya desde ahora, es reverenciar hasta el éxtasis el horrible vicio del tabaquismo que ha llevado a la tumba no sólo a los ya consagrados en la Ciudadela de los Libros sino a otros a los que niegan ese meritísimo derecho. Y es tanto como poner pasteles en una vitrina y en la pared carteles prohibiendo a los golosos comer uno, so pena de perder la figura, la compostura y la esbeltez que cuadra bien a los famélicos poetas sexenales, víctimas de los obesos celosos guardianes.
Esto, porque como dice el señor Álvarez del Castillo A. , hay que preservar la figura, la estrechez, la grandiosidad y la vinculación con lo vernáculo aunque poco tengan que ver pipas y guantes con el verdadero pueblo y aunque los intelectuales que han llevado a la Vasconcelos de la Ciudadela no sean los que trató en medio de la bola, el Maestro, que alternaba con escritores como Mariano Azuela, Martín Luis Guzmán, Vito Alessio Robles y sus mencionados discípulos y desdeñó oropeles, fanfarrias y de pipa y guante, intelectuales de salón que poco compartieron con el pueblo. Si de fumar se trataba, Villa se llevaba un puro a la boca y Zapata un cigarrillo hecho de hoja,  si no  ¡las huestes se la  echaban de la verde!
Si Vasconcelos no fumó pipa  eso fue pecadillo menor en un hombre que remontaba el vuelo del águila para llegar a la cumbre de  los andes   y desde allí lanzar su espíritu para que hablara  la raza cósmica, altura etérea donde no podía llegar el humo de pipa alguna aunque fuera de bocanadas de la hierba tóxica que tanto combate el Presidente Calderón.
DR. LÍVINGSTON DENEGRE VAUGHT Y ALCOCER

2011/8/23 Angelica Mendoza Hernandez <amendoza@conaculta.gob.mx>
Sr. Walter Livingston Denegre Vaugt Alcocer
Presente

Por este medio me permito informar a usted que de la Red Federal de Servicio a la Ciudadanía de Presidencia de la República, recibimos su misiva para conocimiento de este Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Al respecto, anexo oficio dirigido al Lic. Jorge Denegre Vaught Alcocer por parte del Director General de Bibliotecas, en respuesta a la solicitud de adquisición de su biblioteca.

Por su amable atención, reciba un cordial saludo. 


Angélica Mendoza Hernández
Control de Gestion de la Sec. Particular



 “2011, Año del Turismo en México”

Arenal No. 40
Col. Chimalistac
Delegación Álvaro Obregón
C.P. 01070 México, D.F.
Teléfono: (55) 41550750
Ext. 2206


CONACULTA P Antes de imprimir, piense en el medio ambiente. Before printing think about the environment. Avant d'imprimer, pensez à l' environnement.
VISITA: www.conaculta.gob.mx



SEÑORES DE CONACULTA:
C.   PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA LIC. FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA:





Por todo  lo anterior, solicito que el Consejo Asesor  que debe legitimar la adquisición de nuestra biblioteca la valore y así se cumpla tal requisito ya que, hasta la fecha, ninguno de los supuestos miembros del “consejo” la ha visitado[3], al grado que la esposa de José Emilio Pacheco niega que él forme parte de dicho Consejo, a pesar de lo que CONACULTA haya anunciado sobre su participación en la elección de los acervos meritorios  y, además,  éste  otro gran poeta se encuentra, según la señora Cristina Pacheco,  tan enfermo que no sabe ni quiere saber de la existencia de nuestro acervo ni de ninguno, at least, for the moment.
 
Por otra parte, si se conformó dicho consejo  con objeto de evaluar  las bibliotecas y resolver que las  compren ustedes, “para salvar el  tesoro bibliográfico nacional”—como dijo el Presidente Calderón el 19 de enero pasado  o como abundara  la culta dama Consuelo Sáizar , “albergar las grandes bibliotecas del siglo XX mexicano para las futuras generaciones”[4]--  es imprescindible que antes de que se trate nuevamente este asunto en su seno, si no todos los miembros, sí una comisión exploradora conozca in situ,  personalmente nuestra Biblioteca. La enorme library  puede ir al extranjero, pero, antes, no puede ir integral  o totalmente a la oficina de CONACULTA.  El Consejo del  Consejo –aconsejamos—debe ir a la Biblioteca, tal como se va a una librería para comprar cualquier libro.

Y sin intentar ser ofensivos—¡líbrenos el Señor!—más redituaría, fructificaría  e importaría que para montar, sumar o dar a los libros precio determinado para la venta,  encontrarle precio y darle valor, significancia y aprecio a nuestros preciosos pergaminos, volúmenes, más valdría   que hubiera ido cualesquiera de los señores consejeros mejor que las eminentes personalidades que mencioné arriba.
Porque nosotros sí hemos contribuido con catálogos, listas e insistentes envíos de documentos  que se han entregado personalmente o por internet a casi todos los funcionarios de CONACULTA a proporcionarles puntual información sobre nuestros tesoros y, más aún hemos intentado visitar a los pocos intelectuales que sabemos que integran el famoso comité de disquisiciones para  adquisiciones. Empero se nos hizo sabe que no había necesidad ni era menester , abrir ni cerrar ningún libro para convencerlos de la alta jerarquía de la Biblioteca de JORGE DENEGRE VAUGHT PEÑA, tanto por ser muy clara, sencilla o fácil de entender la valoración que hizo la perita Porrúa, de suerte que no requeriría de meditación ni estudio  ninguno de aquellos sapientísimos consejeros y menos que quemáramos nuestros libros para esforzar la propia opinión que tenemos de ellos. Bastaba que históricamente se hubiese quemado el Yo, Lívingston  para comprender que  era suficiente lo aportado para que valoraran en su debido nivel  la necesidad de adquirir la pantagruélica colección en su próxima reunión.


















Al respecto, hago valer la promesa solemne—empeñando  su palabra de honor ante distinguidos testigos--  el ofrecimiento que nos hizo motu proprio el Dr. Fernando Serrano Migallón de que en la sesión que ocurrirá la primera SEMANA DE SEPTIMEBRE,  de nuevo se tratará la adquisición de ella.
Sé por intuición, por malabares lógicos y por una canija fe en nuestras instituciones que si ustedes sostienen que existe un Consejo Asesor de Bibliotecas Mexicanas Personales del Siglo XX, tal organismo existe. Debe funcionar como ustedes dicen. Ustedes afirman que son personas destacadas en la intelectualidad, practicantes límpidos en sus respectivos campos, de intachable  ética . Por ende, nunca se prestarían a dar sus nombres para figurar en un comité ficticio. Sin duda levantan actas que testimonian sus labores y las decisiones a las que llegan. En ellas deben aparecer sus razonamientos, argumentos y hechos invocados para arribar a incuestionables resoluciones.  Y aún con mayor transparencia que si sujetaran servilmente a cumplimentar la Ley en la materia.
Lo anterior, porque ustedes nos solicitaron  que en una sola hoja señaláramos cinco obras por las que la Biblioteca nuestra es extraordinaria. Esas que no se encuentran en ninguna otra biblioteca,  nos exigieron que pusiéramos, como tarea escolar. En una sola página pusimos ¡once obras y documentos de gran rareza y de valor histórico enorme, imposibles de conseguir en ningún lugar del mundo!
 Usted,  Lic. Älvarez del Castrillo fue más allá: quería que en esa hoja apuntáramos los rasgos esenciales de la personalidad de Jorge Denegre Vaught Peña.
Para fundamentar tan extraña solicitud de escrito económico, lacónico y brevísimo en extremo nos aclaró que los miembros del tal consejo asesor eran personas que jamás se dignarían perder el tiempo en dar lectura a más de 33 líneas. Tal aseveración me lleva s solicitar—por derecho nacido de la Ley de Transparencia—la lista de sueldos de quienes sirven a esa institución, pues si los consejeros cobran por dar lectura a una hoja cada mes, cuánto recibirán los que se las pasan leyendo fichas bibliográficos y otros textos para determinar el valor de cada una de esas veinte bibliotecas que tendrán que adquirir (“una veintena”, dijo el  Presidente Calderón que se comprarían.)
Por lo mismo, nos ha extrañado mucho  que la señora Consuelo Sáizar haya resuelto ya, y  negativamente,  la  compra-venta . Esta decisión personalísima[5]  contraviene los procedimientos fijados pues excluye terminantemente la intervención  de ese consejo de una veintena de notables. Then, ¿Para qué sirve el Consejo?  ¿Para qué sus reglas procedimentales? ¿Cuánto vale la palabra del Dr. Serrano Migallón? 
Y, ¿cómo doña Consuelo va a tomar una determinación de esa magnitud sin haber visto nunca anaquel ninguno de nuestros acervos?  A la señora ni la conocemos –como tampoco a los asesores-- y sólo tenemos malas y contradictorias  noticias de ella por intermediarios a su servicio.  ¿Así cumplen todos estos servidores públicos  con la disposición presidencial de salvaguardar  libros y folletos de trascendencia nacional?    





Este “su”  tiene  giba y jiribilla[1] La carta que refiero está dirigida a mi hermano Jorge Ramiro, en  virtud de que éste le hizo llegar  un comunicado. Y este documento como todos debe ir a nombre de los tres hemanos  que no firman porque los dos no viven en México. Pero es valor entendido que la biblioteca  en cuestión pertenece a los tres sucesores. Álvarez del Castillo acusa recibo de la carta y sólo se dirige a Jorge Ramiro como si fuese el propietario único del acervo. De suerte que hay un confuso planteamiento en la utilización del del apócope “su”:  adj. poses. suyo, que sólo debe usarse  antes de s, que no es el caso. También no hace referencia alguna a los escritos  que le he hecho llegar por internet  y que no se los dirijo personalmente a él porque carece de dirección  electrónica. En cambio una de las secretarias de CONACULTA me manda copia de la carta  del director de bibliotecas. Pero, como se verá más adelante, son muchos los escritos que he enviado a través de la Red de la Presidencia  que no han tenido la debida respuesta constitucional:  Pareciera que CONACULTA pretende contestar en bloque, todos los escritos—que tratan diversas materias—sin ser puntual y específica en su respuesta.

[2] Yo había oído de la quinta esencia, de la especie de éter sutil y purísimo, del principio fundamental alquimista, y de lo más fino y acendrado de las cosas, pero no de una esencia básica. Entiendo que para el conaculto resulta inseparable, sustancial, notable y principal  que la triste figura del INTELECTUAL vaya unida a la biblioteca que formó.
[3] De modo que agradeceremos nos hagan llegar, asimismo, la lista de los miembros del Consejo para la adquisición.., y así podamos libremente invitarlos a conocer nuestras colecciones, pues no es menuda la responsabilidad que adquirieron al aceptar asesorar a los dueños de la Bibliotecas así como a los directivos de ese organismo ya que es el consejo del consejo (que aconsejan, además a los particulares) y de ellos depende que los libros se vayan o se queden guarnecidos por el Estado.
[4] Sin duda el siglo no fue de México, aunque hay muchas obras nacionales referentes al Siglo XX.
[5] O unipersonal, pero de ninguna manera democráticamente plural y por mayoría de votos razonados.